No me gusta que el fútbol tenga más intensidad que técnica. O que digan que un futbolista lento no puede jugar, porque no conozco a ningún jugador más rápido que la pelota. El problema es si vos pensás e intentás crear y la primera vez te murmuran, seguís. Entonces, insistís la segunda vez y te murmuran. Y al final, en la tercera, la pateás para arriba para que te aplaudan. Ahí sonamos. Ahí renunciamos a lo primordial del fútbol, que es tener la pelota. Me van a decir: “La tenés 80 minutos en tu arco”. Dejame ver si la tengo en mi arco. Porque la pelota te ordena a vos y desordena al contrario. Y cuando ellos se desordenan, vas con un pase para adelante y lastimás. El problema es que en Argentina el seis se la pasa al dos y el dos la revolea.
-¿Es tan así?
-Sí. La tirás, vas a la segunda pelota, la ganás y armamos la jugada desde ahí. Y si hacemos un gol, nos metemos atrás y jugamos de contra hasta definirlo. A mí no me gusta. ¿Lo he jugado? Sí, en el Banfield campeón. Y disfruté el título, no te digo que no. Es la única estrella que tengo tatuada. Pero no compartía jugar de esa manera. Pero es mi trabajo. Yo todavía juego al baby fútbol con mis amigos y, te digo, ahí tiro tacos, caños, sombreros, todo. Después vengo acá y se la paso a un compañero. Esto es así.
Walter Erviti
Ui… Tanta coisa bonita que o camarada disse.